Quisiera comenzar preguntando lo siguiente: ¿cuántas
personas han compartido contigo en tus momentos de triunfo y gloria, cuándo
alcanzas una meta o eres exitoso? ¿Cuántas personas han estado a tu alrededor
cuando las cosas te salen mal, te van mal o cuando tienes algún fracaso?
¿Sabías que son pocas las personas que celebran tus
triunfos y que son muchas las personas que celebran tus fracasos?
No toda persona que está a tu lado en momentos
difíciles y duros es porque en realidad te apoya, te estima y desea estar
contigo en ese momento de todo corazón. No siempre quien actúa de esa manera
sufre cuando sufres y llora cuando lloras.
Hay personas que si se acercan en esos momentos terribles,
es para cerciorarse de que vas a caer o que has caído. Para asegurarse de que
en la cada una de tus caídas sufridas te hayas golpeado y lastimado tan fuerte
que no puedas levantarte.
Te acompañan en esas situaciones y tú inocentemente
les permites acercarse sin percatarte de cuál es su verdadera intención.
Debes aprender a reconocer a este tipo de personas. Al
hacerlo observarás que los invitas a compartir contigo en momentos de gloria y
no te apoyan, como tampoco te respaldan. No lo aceptan porque les molesta lo
que has logrado y lo que puedes lograr. Sin embargo, para ellos tu fracaso es
su alegría.
Te invito a realizar un análisis. Evalúa cuáles han
sido tus momentos de gloria y tus momentos de fracaso. Analiza e intenta
recordar la imagen de esas personas que se presentaron para consolarte y
levantarte cuando lo necesitabas y aquellas que aplaudían cuando alguien, en
algún lugar celebraba tus triunfos y victorias.
Medita a su vez, e intenta nuevamente recordar la
imagen de esas personas que sí estaban en momentos fuertes brindándote amistad
y palabras de aliento, pero nunca te apoyaron o celebraron algún momento
exitoso de tu vida, aunque los hayas invitado.
Tus fracasos sólo causan alegría a este tipo de
personas, quienes sólo están ahí para juzgarte y señalarte cuando caes. Luego
de que te encuentras en el suelo te dan la espalda y no te brindan la mano para
levantarte.
Permite que esto sea de motivación en tu vida. Valora
grandemente a esas personas que tienen la capacidad de estar y compartir
contigo no importando la situación o el evento, ya sea de fracaso o de triunfo.
Esas personas que disfrutan tus momentos importantes como si fueran los suyos
propios. Porque no siempre es buen amigo el que sólo está contigo en los malos
momentos.
Recuerda siempre que la luz que emanas es tan radiante
y tan esplendorosa que a otras personas les causa conflicto y ceguera. Y aunque
la alegría de ellos son tus fracasos, tendrán que acostumbrarse a verte
levantar, continuar, sonreir y triunfar, aunque esto les cause angustia.
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