Luego de haber sobrevivido al paso del huracán María por mi país Puerto Rico, he observado en el lugar en donde vivo diversas situaciones que no había percibido antes. Entre estas:
- Niños y niñas jugando como solíamos hacer en mi tiempo, todos en grupo y pasándola muy bien.
- Por otro lado, vecinos extrechando sus manos, compartiendo el pan y realizando actividades tan simples como dialogar de balcón a balcón y de muro a muro.
- He visto personas que NUNCA se habían saludado, saludarse luego de lo ocurrido.
- Vecinos comprando hielo para otros vecinos.
- He observado la alegría de niños y adolescentes al salir y disfrutar mientras comparten por largas horas.
- En el lugar en donde vivo, he observado personas que jamás había visto y en realidad desconocía que las mismas residieran en el lugar.
- He observado personas compartiendo, intercambiando ideas, brindándose la mano, apoyándose mutuamente.
- Personas tomando el control de su vecindario e iniciando nuevas amistades.
Por lo que luego de haber observado todo esto, he llegado a la siguiente conclusión: el huracán María, sí nos hizo daño como país, arruinó residencias, carreteras el alumbrado, arrebató la vida de muchas personas, destrozó nuestras calles y carreteras, nos dejó incomunicados y sin los servicios básicos para subsistir, entre otros aspectos.
No obstante, su paso por Puerto Rico nos regresó la mejor comunicación que ha existido a través de todos los tiempos, la palabra cara a cara y en persona. Logró con la ausencia del internet y la tecnología, que cada individuo abandonara su celular, su DVD, su computadora, su serie televisiva o por cable, su video juego, las redes sociales y socializáramos más entre nosotros mismos. Permitió que personas que no nos visitaran y a quienes no visitábamos por la razón que fuera, lo hicieran e igual nosotros.
He sido testigo de ciudadanos restaurando sus calles, recogiendo, ayudando con el tránsito, cortando árboles que obstruyen las vías para que sean transitables, etc.
Visualizar toda esta unión como pueblo me llena de orgullo y alegría aún en medio de la crisis. Porque aunque estemos devastados físicamente como país, estamos reviviendo lo que fuimos y nos caracteriza como pueblo, lo que habíamos dejado atrás por la comodidad, la tecnología y el internet.
Espero desde lo más profundo de mi corazón que nos podamos recuperar y regresemos a la normalidad y podamos lograr estabilidad. Espero que luego de la recuperación podamos conservar lo que en estos días se ha vuelto a desarrollar y es la humanidad, la solidaridad, la buena conversación y el tiempo de calidad con otros seres humanos.
¡DIOS BENDIGA A MI PUERTO RICO BELLO!
Facebook: FlorDeLizSantiagoFernandez
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