Para escribir este pensamiento, me inspiré en unas palabras compartidas por una profesora de la Universidad Interamericana, Recinto Metropolitano a quien no tuve el privilegio de tener como profesora mientras me preparaba para obtener el grado de Maestría en Trabajo Social, pero a quien por referencias y porque la sigo en las redes, he logrado admirar. Una gran mujer, trabajadora social y pastora: la Dra. Raquel Gauthier a quien pude abrazar el día de mis actos de graduación.
En sus palabras en el día de hoy mencionó que en ocasiones debemos aprender a decir: "NO", y adujo que eso es parte de amarnos a nosotros mismos.
Reconozco que nunca lo había percibido de esta manera, por lo que le agradezco la gran enseñanza en la mañana de hoy.
Soy de las personas que pensaba que si en determinados momentos decimos esa palabra a alguien que nos solicita ayuda o algún tipo de servicio por tal o cual razón, debíamos decir que sí aunque humanamente no pudiéramos.
He podido despertar luego de haber escuchado las palabras sabias de la Dra. Gauthier por medio de su enseñanza y he llegado a comprender que en realidad nos agotamos demasiado por no aprender a utilizar la palabra: "NO", sin que nos sintamos culpables por hacerlo.
Solía ser de las personas que si me invitaban a alguna actividad, asistía aunque por dentro me estuviera desmoronando. Porque como muy bien dijo la Dra. Gauthier, nosotros los profesionales de ayuda nos esforzamos en brindar la mano, apoyo, y seguimiento a muchas personas a quienes impactamos mediante nuestros servicios y nos olvidamos de que también necesitamos y requerimos tiempo.
Así que cuando alguien me invitaba para hacer acto de presencia, respaldar alguna actividad, asistir a un evento, o realizar algún trabajo extra, nunca decía "NO". Luego de esto, continuaba el agotamiento físico y/o emocional, y era muy difícil recuperarme.
Era de esas personas que cuando tenía que decir: "NO"en alguna circunstancia meditaba todo el día acerca de mi decisión adjudicándola como incorrecta y me sentía culpable por ello, muy culpable. Sentía que era mi deber ayudar o presentarme para ayudar, colaborar o como bien dijese, hacer acto de presencia.
Hoy por medio de la Dra. Gauthier he llegado a comprender que no tengo por qué sentirme culpable, que no tengo por qué pensar que actúo de manera incorrecta o egoísta, y que esto es parte de amarme a mí misma.
Luego de haber inculcado estas palabras en mi corazón y llevarlas en mi pensamiento en el día de hoy, siento paz y no hay en mí sentimientos negativos. Porque comprendo que es necesario tomar tiempo para uno mismo, para nuestra familia y para resolver las situaciones que nos aquejan. Porque comprendo que un "NO" debe ser interpretado como una decisión momentánea por tal o cual razón, mas no implica un rechazo o una negación por completo, como tampoco un acto de egoísmo.
Para los que se pregunten lo siguiente: ¿Por qué una trabajadora social ha llegado a comprender esto ahora luego de haber terminado sus estudios y de ejercer su profesión? ¿No se supone que tenga conocimiento sobre esto? Pues les responderé que sí, es muy cierto que tengo el conocimiento y la preparación. Pero muchas veces aprendemos en la práctica, mas no en la teoría. Esa práctica que aunque la ejercemos con nuestros participantes en cada escenario laboral en donde se nos permite ejercerla, pero no la aplicamos a nuestras vidas quizás porque no lo percibimos, no nos percatamos o simplemente pensamos que es nuestro deber siempre decir: "Sí" cuando se nos solicita.
Hoy reitero mi posición en que la Dra. Gauthier ha sido de gran bendición a mi vida y me ha hecho valorar las decisiones que he tomado en algunas circunstancias o situaciones.
A través de este pensamiento, mas bien diría desahogo, pretendo que las personas comprendan por qué razón decimos "NO" o recibimos un "NO" como respuesta de igual manera. Que puedan comprender que no es algo personal contra quien nos solicita o nos requiere, sino que estamos frente a seres humanos que necesitan, requieren descanso, requieren tiempo y requieren fortalecerse para poder continuar sirviendo, que es lo que más nos apasiona, y poder hacerlo de una manera efectiva.
Así que les exhorto a no juzgar o señalar cuando alguien nos dice: "NO". Les exhorto a evaluar las razones que lo/la llevaron a tomar tal determinación y así comprenderemos mucho mejor su respuesta.
De mi parte, siempre que pueda estaré presente, dispuesta y continuaré siendo solidaria, pero el día que tenga que decir: "NO", lo haré sin remordimiento alguno.
¡Gracias Dios, gracias Dra. Raquel Gauthier!
(Cabe destacar que me refiero a determinados momentos y no
a que asumamos esta postura como una costumbre para no ayudar, servir o decir presente).
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