Wednesday, January 17, 2018

Procuremos ser: por el bienestar de nuestros hijos


Por: Flor De Liz Santiago Fernández, Trabajadora Social, Especialista en Autismo, Autora y Escritora
Para padres, madres o personas responsables que a diario enfrentamos dilemas en el proceso de abogar por los derechos de nuestros hijos e hijas con autismo. Esta reflexión es para todos nosotros.
Procuremos ser lo mejor que podamos no importa la circunstancias que se presenten en la vida. No importa los obstáculos que se interpongan en nuestro camino, no perdamos el enfoque. Sucederán muchas cosas a nuestro alrededor pero tenemos que llenarnos de valor para continuar.
Nuestros hijos/as nos necesitan fuertes, con una actitud de optimismo ante la vida para de esta manera poder ayudarlos/as, porque hemos sido seleccionados para guiarlos en el camino. Un camino lleno de retos, pero de igual manera un camino que si lo tomamos de la manera correcta, puede transformarse en un camino de grandes recompensas y logros.
En el proceso lloraremos, pero también sonreiremos, sentiremos que caemos, pero nos levantaremos, porque hemos comprendido que tenemos un propósito y una encomienda en la vida. Esta es la de luchar para que nuestros hijos/as disfruten una vida plena e independiente, y que puedan vivir en una sociedad libre de prejuicios.
Nos encontraremos con personas negativas que nos dirán que no podremos lograr lo propuesto, pero a esas personas, mediante nuestras acciones les demostraremos que se equivocan totalmente. Les demostraremos que poco a poco y día tras día avanzaremos y aunque lo hagamos a paso lento, nos sentiremos seguros, porque al final lo lograremos.
Muchas personas me han cuestionado si me he sentido cansada o agotada por llevar a mi hijo desde sus tres años a terapias tres veces por semana (ya tiene 7 años). Ante preguntas como esta, les respondo que sí me he sentido cansada y agotada porque soy un ser humano. Luego les indico que a pesar del cansancio y del agotamiento físico, en mi interior hay una gran satisfacción cada vez que observo el progreso de mi hijo. Un progreso que quienes están afuera no lo perciben, pero yo que soy su madre he podido hacerlo con el pasar del tiempo.
En este aspecto les comparto que mi hijo no pronunciaba ningún tipo de palabra y se dirigía a su familia a través de gritos o quejidos, enfrentaba dificultades con el sueño, realizaba movimientos estereotipados, entre otros. Con el pasar del tiempo, mediante los servicios el mismo hoy en día puede comunicarse de manera verbal, ya no enfrenta dificultades con el sueño, como tampoco realiza movimientos estereotipados. Si esto no es progreso, ¿cómo se le conocerá entonces? Por eso es que nunca debemos rendirnos.
Por otro lado les indico que como trabajadora social, entiendo y reconozco que no puedo privar a mi hijo de su derecho de recibir asistencia mediante sus terapias o servicios relacionados, porque sería un acto de negligencia de mi parte. De igual manera, no podemos pretender observar el progreso de un día para otro, sino con el pasar del tiempo, por lo que es requerido llenarnos de paciencia, esperanza y sobretodo fe, la cual es primordial.
Nuestros hijos/as son el mejor regalo que nos ha dado la vida, y por ellos haremos todo lo necesario para que puedan superarse. Para lograrlo, procuremos continuar siendo padres entregados, comprometidos, responsables, apoderados, resilientes, fuertes y valientes ante todo lo que se nos presente como obstáculo.
Procuremos dejar a un lado el pesimismo, las malas influencias, el prestar importancia a lo que otros piensen o digan y procuremos prestar atención ante cualquier acto que intente violentar los derechos y/o la dignidad de nuestros hijos/as.
Permitámonos continuar cada día fortaleciendo nuestras capacidades, educándonos, educando a otros. No olvidemos que el conocimiento nos provee poder. Ese poder para tomar decisiones asertivas, poder para conocer y entender las leyes que nos protegen, poder para luchar con una sociedad que aún refleja falta de conocimiento, poder para acceder a servicios, reconocerlos y hacerlos valer como derechos, entre otros.
Como aún nos falta mucho por hacer en este largo camino, procuremos iniciar el mismo sosteniendo la mano de nuestros hijos/as en todo momento hasta llevarlos a alcanzar su máximo potencial, luego ahí nos sentiremos satisfechos pues en ese preciso instante podremos soltarlos.
No permitamos que nos digan que existe algo imposible. Por nuestros hijos e hijas, solo por ellos  y ellas procuremos ser: persistentes.
Facebook: @FlorDeLizSantiagoFernandez
      @FamilyBalanceTherapy

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