El APARATO: Reflexión

 

Por: Dra. Flor De Liz Santiago Fernández, E.Ed., M.E.d. ASD & Spec Educ, PsyT, LCSW, MSW, BSW, RBT, Auth & Wtr, Adm & Fdr Family Balance Therapy, LLC PR/USA

Espero que me disculpen con lo que voy a expresar a continuación, y que de igual manera tomen conciencia al respecto.

Los celulares se hicieron para comunicarnos a través de la distancia, en situaciones en las que por alguna razón u otra no podemos estar cerca de personas conocidas, seres queridos o amados. Hoy en día este aparato tiene diversas funciones las cuales son de gran beneficio y lo reconozco. Sin embargo, este aparato que ha sido de gran ayuda desde su creación, nos ha ido poco a poco deteriorando como seres humanos, como personas. Por tanto, hay algo que últimamente no tolero relacionado con este aparato y se los comparto muy respetuosamente.

Ese mismo aparato que sirve para unirnos en la distancia, nos separa cuando estamos presentes, en un solo lugar con personas conocidas igualmente, y peor aun, con las personas que amamos. Sería genial que a este aparato se le de el uso que corresponde y que cuando estemos en reuniones, en iglesias, en familia, en actividades, nos concentremos en compartir tiempo de calidad con las personas a nuestro alrededor, sin necesidad de evidencias, guardando el aparato en algún lugar, y solo hablar, observarnos, sonreír, intercambiar ideas y compartir, así como lo hacíamos antes. No olvide que el tiempo pasa y cuando estas personas ya no estén presentes en esta vida y desee tenerlas frente a usted para abrazarlas, observarlas o escucharlas, no podrá.

No me malinterpreten por favor, con lo que expongo y con lo que expondré, y si lo hacen, asumo las consecuencias. Realice sus videos, sus "post","reels", tome sus fotos y publíquelas, entre otros, pero suelte luego el aparato y brinde importancia a las personas que están junto a usted. Lea algún libro, vaya al cine, disfrute de alguna película o serie en su lugar de residencia, tenga contacto con la naturaleza, váyase de "jangueo", salga a bailar o a cenar, pero suelte aunque sea por una hora el aparato, si le es muy difícil alejarse de este.

¡Me duele tanto ver cómo nuestra sociedad cada vez va en deterioro pues parecen esclavos de este aparato, poniendo incluso su vida en riesgo mientras lo utilizan al cruzar una carretera o avenida, al manejar, entre otros.

¡Extraño tanto hablar con las personas sin la necesidad de que este aparato esté en medio de nuestras conversaciones. Extraño mucho los tiempos de antes!