Ser diferente no es
ignorar, rechazar o juzgar a otras personas porque no son como nosotros, porque
no piensan como nosotros, porque no comparten nuestros mismos intereses.
La diferencia
consiste en ser nosotros mismos, apoyando las buenas acciones de
otras personas y educando a quienes realizan malas acciones para que
aprendan de las mismas y no las vuelvan a repetir. Significa compartir
con las personas, pero no necesariamente compartir sus ideales.
Ser diferente es
concientizar a otros sobre el amor, la comprensión y la tolerancia. Es saber
escuchar sin juzgar y/o condenar. Es tener la capacidad de brindar una
oportunidad a quien nos falló alguna vez y permitirle enmendar su error.
Hacemos la diferencia
cuando no actuamos de la manera esperada en diferentes situaciones. Cuando
podemos trabajar con la diversidad que a otras personas les incomoda. Cuando
muchos esperan de nosotros el rechazo y reciben aceptación. Cuando
pronunciamos palabras de apoyo y solidaridad ante un problema y no lo hacemos
de manera acusatoria.
Es ser nosotros mismos
respetando la dignidad y el valor de cada ser humano. Reconocer que
en algún momento el ser humano puede caer pero tiene el
derecho a levantarse. Y estar conscientes de que como seres humanos, también podemos
tropezar y caer.
Es llegar en ese preciso
momento para extender la mano al caído para que pueda levantarse y
no pisarlo para que jamás se recupere.
Reconocer que no
podemos oprimir a nuestros semejantes a través de nuestras actitudes y
no permitir la opresión por parte de otras personas.
Siempre debemos tener
presente que ser diferentes implica salirnos de las normas, de lo que está
estipulado. Distinguirnos en cuanto a conducta, comportamiento, manera de
actuar, de vestir, de expresarnos, manera de conducirnos.
Cuando no atacamos lo
que todos atacan, cuando no nos unimos a burlarnos de otras personas para
sentirnos parte de un grupo y/o aceptados. Cuando defendemos los derechos de
las personas en el momento en que han sido violados, cuando analizamos,
estudiamos e investigamos antes de actuar. Cuando tenemos la capacidad de
escuchar las partes envueltas en un problema y actuar de manera imparcial. Cuando
podemos desempeñarnos como abogados y no como jueces y cuando promovemos la
justicia social y la integridad de las personas, podemos decir que somos
diferentes.
¡Les invito a ser
diferentes!
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