Sunday, March 6, 2016

7 de marzo de 2010

Este día celebro los 6 años de vida de un ser sumamente importante para mí. Un niño muy especial el cual me ha hecho ver la vida de manera diferente. Con él he aprendido a desarrollar mucha más tolerancia y a través de él he aprendido que no hay nada imposible para Dios.

El hombre o la ciencia pueden decir lo que deseen de acuerdo a sus conocimientos, pero quien puede creer en Dios recibe grandes milagros. Yo he creído en Dios y he recibido grandes milagros.

La vida me ha premiado con su presencia y aunque otros no comprendan su manera de ser, de actuar, de comportarse, de observar, de reaccionar, yo lo amo por encima de lo que el mundo pueda pensar o decir y le resto importancia a lo demás.

Agradezco a Dios porque luego de tenerlo conmigo la muerte intentó arrebatarlo de mi lado cuando tenía sólo 4 años y no lo logró.

Su sonrisa, sus palabras aunque sean pocas, su mirada, sus abrazos, su manera de dormir, de llorar de quejarse y de actuar cada día me hace más fuerte y me permiten amarlo más, me enamoran.

En mí no existen los cuestionamientos, no existe el por qué, sino el cómo. En realidad no me interesa saber el por qué. Es un regalo maravilloso.

Dios coloca a nuestro lado a personas especiales para que aprendamos de ellas en el camino y él llegó a mi vida ese 7 de marzo de 2010 para enseñarme a ver la vida de manera diferente, para ayudarme a crecer, a madurar y a valorar.

Hoy reconozco que mi vida sin él estaría vacía, que lo amo con todas las fuerzas de mi corazón y las de mi alma y que es totalmente indescriptible este amor que siento por él. Que de todo lo que quiero lograr y alcanzar en la vida su hermana y él son la parte primordial, mi foco, mi todo.

En este día quiero decirle que le pido a Dios que me permita verlo crecer y acompañarlo en este proceso que se llama vida del cual poco a poco he ido preparándolo con la ayuda de grandes seres importantes y especiales que han formado parte de su crecimiento.

Aun le quedan muchos logros y metas por alcanzar y ahí estaré si Dios me lo permite caminando en donde él quiera que camine para verlo triunfar, para verlo volar.


¡Te amo Luis Miguel Mercedes Santiago!!!!! Mi eterno bebé, 6 años de vida.

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