Por: Flor De Liz Santiago Fernández, Trabajadora Social, Especialista en
Autismo y Educación Especial, Técnico de la Conducta Registrada, Autora y
Escritora
“Si la oportunidad no llama, construye una puerta”.
Milton Berle
Yo llegué a Cambridge College por una motivación, con un sueño, con grandes expectativas e ilusiones. Mi objetivo principal consistía en adquirir conocimiento relacionado al autismo de manera que me capacitara como profesional del trabajo social para intervenir con las familias de individuos con autismo y para manejar el diagnóstico de mi hijo.
En Cambridge encontré la gran oportunidad de mi vida como profesional y como madre. En mi primera visita fui recibida con gran entusiasmo por Christopher, quien amablemente me brindó toda la información que necesitaba obtener para comenzar, porque la decisión ya había sido previamente tomada. Recuerdo ese día y espero que él también lo recuerde, porque estaba muy emocionada. En el proceso de orientación cuando comencé a escuchar que la mayoría de los compañeros y compañeras eran educadores, sentí desfallecer por unos instantes y me cuestioné lo siguiente: “¿Estaré en el lugar correcto?”. A pesar de ello, decidí continuar.
Hasta que por fin llegó ese primer día de clases y me tocó nada más y nada menos que con el Dr. Julio Martínez, y quien conoce al Dr. Martínez sabe a lo que me refiero. Es un excelente profesor y se ocupa de que realicemos un buen trabajo, por lo que nos exige dar lo mejor, lo que es admirable. Esa primera clase fue la razón suficiente para que en el día de hoy me encuentre con ustedes.
¿Qué puedo decirles de los demás profesores? De la Dra. Grisel Rivera aprendí a siempre que realizo una presentación preguntar inicialmente por el tema, lo que nunca olvidaré de seguro. De la Lcda. Flory Mar de Jesús conocí información valiosa sobre leyes. De la Dra. Sandra Lebrón aprendí información importante sobre diversos aspectos relacionados al autismo, historia y prevalencia. De la Dra. Francisca Montalvo aprendí que para enseñar y llevar el mensaje tenemos que utilizar diversas estrategias que capten la atención de nuestros estudiantes, tal y como ella nos enseñaba.
De la Dra. Pereles aprendí temas importantes relacionados al proceso de assessment y la importancia del mismo para poder intervenir. De la Dra. Verónica Carvallo adquirí conocimiento acerca de los milagros que se pueden hacer para que los recursos de asistencia tecnológica lleguen a quienes lo necesitan, y cómo podemos crearlos para aquellos que no poseen los recursos. Del Dr. José Rivera aprendí que somos investigadores y que nosotros los maestros de autismo y educación especial somos excepcionales. La Dra. Margarita Nolasco por su parte, me ayudó a refrescar aquellas destrezas matemáticas que había olvidado y cómo aplicarlas con nuestros estudiantes. Por último de la Dra. María Gómez reforcé el conocimiento de aprender a llamar las cosas por sus nombres, lo que he convertido en parte de mi propósito.
Estoy segura de que cada profesor y profesora de Cambridge reúne las características que los califica como excepcionales. Aunque no haya tenido la oportunidad de estudiar con algunos de ellos o ellas.
Hoy me llevo dentro del corazón amistades maravillosas, educadores comprometidos con la población a la que servimos que decidieron al igual que yo, hacer la diferencia y eligieron a Cambridge para que fuera parte de su formación. Compañeros y compañeras de estudio y de lucha quienes no me rechazaron por tener otra profesión, sino que me apoyaron y orientaron en todo momento.
Del personal administrativo de Cambridge puedo decirles que soportar mis exigencias o requerimientos no es nada fácil. Alex siempre estuvo atento a cada petición o reclamación que le hacía, aunque le escribiera varias veces al día, siempre tenía una respuesta. Jomary, a quien me encontré en la asamblea de profesionales del trabajo social de Puerto Rico y le decía a mis colegas orgullosamente, esa es la universidad en donde completo una maestría en autismo. Ella siempre con un saludo y una sonrisa.
¿Qué les digo sobre Yara? No existe en otro lugar una bibliotecaria tan carismática, atenta y alegre como Yara, igualmente servicial. Gabriel Rueda por su parte, siempre procurando resolver la situación y ayudarte. Carmen Méndez, de igual forma siempre sonriente, empática y dispuesta a colaborar.
Lo que más extrañaré de Cambridge, porque nunca lo tuve en otra universidad es el saludo del Dr. Méndez en cada curso, y su pregunta respecto a si todo marchaba bien. De igual forma sus bendiciones para cada uno de nosotros.
Durante todo este tiempo de aventura, altas y bajas, situaciones, mudanzas (de Hato Rey a San Patricio), todo el personal de Cambridge evidenció lo que en un principio fomentaron: “Somos familia”. No hay nada mejor que estar en un lugar en donde a pesar de no ser parte de la mayoría, eres aceptada, bien recibida, orientada y acompañada en tu proceso académico. Puedo decirles con toda certeza pues provengo de otras universidades, esto no lo encontraremos en otro lugar.
Sin lugar a dudas Cambridge College cambió mi vida y si tuviera que volverlos a elegir para iniciar una tercera maestría, ciertamente lo haría. Cambridge es excelencia, exclusividad, compromiso, entusiasmo, dedicación, esmero, empatía, solidaridad, profesionalismo. Cambridge es definitivamente FAMILIA.
Les dejo con el siguiente mensaje en un día tan especial como el que hoy disfrutamos y es el siguiente: “No es grande el que siempre triunfa, sino el que jamás se desalienta”.
José Luis Martín Descalzo
¡Somos grandes!
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