Por: Flor De Liz Santiago Fernández, Trabajadora
Social, Autora y Escritora
¿Qué es un
callejón? Según la Revista ARQHYS (2012) hace referencia a una calle estrecha o
sin salida, utilizada únicamente para peatones.
Los callejones se encuentran localizados en zonas urbanas. En los mismos pueden aumentar las actividades
ilegales si no cuentan con el
mantenimiento debido, por la poca iluminación y su reducido espacio.
El autismo desde
el punto de vista inicial de un padre o una madre puede ser semejante a un
callejón sin salida, mediante el cual se atraviesan diferentes situaciones como
parte del diario vivir. Lo comparo con un
callejón porque generalmente los padres de estos niños y niñas no contamos con
ayuda, por lo que nos sentimos solos.
Por otra parte, hay situaciones en las cuales no percibimos la luz y
todo aparenta estar oscuro. Por último,
las personas generalmente huyen de los callejones por la incomodidad y la
inseguridad que representan, lo mismo sucede con la sociedad cuando del autismo
se trata, y con muchos padres ante un diagnóstico de autismo en su hijo o hija.
Estamos
conscientes de que estos lucharán durante el resto de sus vidas por lograr
desarrollarse de manera independiente, y que estaremos junto a ellos para
apoyarlos, para que sus deseos y los nuestros sean una realidad. Lo que no podemos obviar es que en el
transcurso del camino enfrentaremos obstáculos, tropezaremos, pero de igual
manera experimentaremos grandes logros.
Lo primordial es lanzarnos al callejón con las herramientas adecuadas
para poder subsistir. Cabe destacar que
algunas de las herramientas requeridas las poseemos, otras tendremos que
adquirirlas en el proceso, pero están disponibles para que asumamos el control.
Cuando
comenzamos la travesía por el callejón experimentamos temor, incertidumbre,
miedo, angustia, y dolor ante lo desconocido.
Está muy claro que no sabemos lo que podemos encontrarnos en el camino,
lo que nos debilita en algunos momentos.
Buscamos por todos lados para poder recibir apoyo y en ocasiones no lo
encontramos, pedimos comprensión y no la hallamos. ¿Qué sucede? Nos desesperamos.
Aquellos
padres que tenemos un hijo o una hija con autismo comprendemos que cada día es
diferente y que debemos estar preparados para lo nuevo que pueda surgir y
sorprendernos. Solo quien es padre de un
niño o niña con autismo conoce el dolor de ver a nuestros hijos llorar,
quejarse o en ocasiones gritar por situaciones que para nosotros pueden parecer
sencillas, mas sin embargo para ellos tienen otra connotación. Llegan momentos en que nos invade la
impotencia, como seres humanos al fin y no encontramos la solución. Nos duele en lo profundo del alma que en
ocasiones no podamos comprender a nuestros hijos o hijas y deseamos estar en su
interior para saber lo que les ocurre y poder ayudarles.
Nos
lastiman las miradas acusadoras cuando nuestros hijos e hijas reaccionan de
manera agresiva ante algún evento sin razón aparente para nosotros. Nos duele en el corazón cuando son rechazados
por la sociedad, etiquetados o marginados por su condición y aunque nos
convirtamos en fieras al momento de abogar por ellos o ellas, el cansancio
físico, emocional y espiritual nos agobia.
Penélope
Ward (Autora), expresó lo siguiente: “Una
pequeña decisión puede dar forma a una vida entera. A veces, si tienes suerte, la mayor
dificultad puede conducir a tu mayor bendición.
Simplemente toma tiempo para ver que Dios obra de maneras
misteriosas”. Es que definitivamente
fuimos escogidos para entrar al callejón, pero nosotros tomamos la valiente
decisión de caminar por él no importa lo que suceda y no abandonarlo, acción
que han tomado otros padres de manera desacertada. Eso que percibimos al inicio como una
dificultad de acuerdo a Penélope es nuestra mayor bendición. Por lo que debemos luchar junto a nuestros
hijos e hijas, para luego sentarnos a disfrutar de esa manera misteriosa de
Dios obrar. En lo que no coincido con
ella es en que no se trata de suerte, sino de perseverancia, dedicación, empeño,
sacrificio y esfuerzo.
Les
comparto que cuando me notificaron sobre el diagnóstico de mi hijo fueron
muchos los pensamientos que atravesaron por mi mente. Entre ellos la gran pregunta que todos nos
hacemos: ¿Por qué? Al momento no podía comprenderlo, no
asimilaba el por qué Dios me había lanzado al callejón sin preparación alguna y
me cuestionaba a cada instante sin hallar respuesta. Solo sabía que allí me encontraba, llena de
dudas. Una vez adentro, asumí la postura
de comenzar a trabajar con la situación que me agobiaba, con los temores y el
desconocimiento y comencé a utilizar la herramienta más grande que tenía en mis
manos para ayudar a mi hijo, la fe. En
el proceso, al día de hoy ya puedo comprender que no existía un por qué, sino
un para qué y voy encaminada hacia el propósito y el objetivo que había sido
trazado para mi familia, para mi bello hijo y primordialmente para mí. Por esta razón te invito a descubrir tu propósito.
Hoy no le
tengo miedo al callejón, lo enfrento y aunque diariamente mi hijo trae al mismo
algo nuevo, ya sea alguna conducta disruptiva, algún llanto excesivo, alguna
conducta repetitiva nueva, esto me sirve de aprendizaje. No negaré que continúo luchando y reafirmo mi
posición de asumir el control de la situación, dar el todo por mi hijo y no
detenerme jamás. Mi fe, la
espiritualidad, la educación y la confianza en Dios me han brindado las fuerzas que necesito,
transformado mis debilidades en fortalezas.
Como madre
de un niño con autismo y como trabajadora social recomiendo que nos sujetemos
de aquello que nos brinda esperanza, paz y seguridad mientras transitemos por
el callejón. Que sujetemos la mano de
nuestro hijo o hija, y una vez comencemos no detengamos nuestro paso jamás. Experimentaremos que no importa lo que
suceda, podremos sentirnos fortalecidos y doy fe de ello. Porque descubrí que la salida en el callejón
tan grande que implica el criar, educar, amar, comprender y proteger a un niño
o niña con autismo radica en dos palabras: AMOR
y ACEPTACIÓN. Una vez tienes ambas, tienes todo.
“La conclusión es que tanto la pobreza emocional como
la aversión a la compañía no son síntomas del autismo, sino consecuencias del
autismo”. Naoki
Higashida
Facebook: @FlorDeLizSantiagoFernandez
@FamilyBalanceTherapy
@FamilyBalanceTherapy
Referencias
ARQHYS, R. (2012). Callejones.
Equipo de colaboradores y profesionales de la revista ARQHYS.com. Obtenido
05, 2018, de http://www.arqhys.com/construcciones/callejones.html. 12.
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