Joan De Liz |
Hoy quiero
decirte después de tanto tiempo que si en algún momento te fallé o no pude
estar a tu lado como lo necesitabas, no fue con la intención de hacerlo. Agradezco que hayas comprendido en su momento
el tiempo que quizás te tomé prestado para brindárselo a tu hermano. Solo una vez me reclamaste y luego de
explicarte lo entendiste, y continuaste luchando con mi ayuda, aunque no tan de
cerca como antes.
Hoy comprendo que el tiempo pasa y no se recupera, pero de igual forma comprendo que se pueden iniciar nuevas historias. Por diez años solo fuimos tú y yo, nadie más, me creías solo tuya y yo te sentía solo mía.
Hoy comprendo que el tiempo pasa y no se recupera, pero de igual forma comprendo que se pueden iniciar nuevas historias. Por diez años solo fuimos tú y yo, nadie más, me creías solo tuya y yo te sentía solo mía.
Justo a los
diez años de nuestra relación amorosa (madre e hija), llegó una nueva bendición
a mi vida, tu hermano. Lo celebramos
hasta el cansancio y tú igualmente lo celebrabas. Nunca demostraste sentirte desplazada por su
llegada. No obstante, casi tres años
transcurrieron para recibir la noticia menos esperada, la cual lleva un nombre
que no es único, sino compartido por otras personas alrededor del mundo: AUTISMO.
Hoy te
expreso estas palabras porque públicamente quiero que sepas que TE AMO como ese
primer día que te tuve en mis brazos.
Quiero que comprendas que no existe diferencia alguna entre el amor que
siento por tu hermano y por ti. Ahora
bien, si pudiera cambiar el curso de la historia, ciertamente todo sería
diferente.
Dedicado a todos los
hermanos y hermanas de personas con autismo, pues a veces como padres nos enfocamos en
quienes tienen el diagnóstico. No
podemos olvidar lo importante de que estos conozcan sobre la condición de su
hermano o hermana para que puedan comprendernos mejor.
Facebook: @familybalancetherapyllc
@flordelizsantiagofernandez
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